El pasado mes de noviembre, el Centro del Agua del Tecnológico de Monterrey celebró su décimo quinto año de existencia. Este centro nació en 2008 como una iniciativa conjunta de la Fundación Femsa, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Tecnológico de Monterrey, y está alojado justamente en las instalaciones de esta institución académica. Si bien en aquel tiempo el agua ya era un tema por demás importante, hoy ha cobrado una máxima relevancia. El Centro del Agua, junto con otras instituciones científicas ha contribuido con estudios, soluciones tecnológicas, patentes y la formación de capacidades en profesionales en el ámbito del agua. Sin embargo, a la fecha aún existe una serie de grandes retos. Los principales se enuncian aquí.
El primero es la escasez y desabasto, motivado por el crecimiento poblacional y la urbanización, pero exacerbado por la falta de infraestructura, el cambio climático y la competencia y conflictos por el limitado recurso. Otro desafío importante es la desigualdad en el acceso al agua. Sabemos que aquí se involucran los aspectos económicos, las regulaciones y legislación y la infraestructura, pero resalta la falta de voluntad política y sorprende aún se hable incluso de temas como etnia y género.
Otro problema es la sobreexplotación de las fuentes de abastecimiento, tanto superficiales como subterráneas, misma que trae consigo problemas de subsidencia, sobrecostos e impactos en los ecosistemas. La contaminación por su parte genera una reducción en la disponibilidad efectiva del recurso afectando a los ecosistemas y a la salud. La falta regulación e infraestructura o la obsolescencia de ambas adicionalmente a que día a día se generan nuevos compuestos contaminantes hacen del tema un verdadero desafío.
El cambio climático nos afecta en todos sentidos. El incremento en la temperatura, los cambios en la distribución de la lluvia y los fenómenos extremos y el aumento del nivel del mar tienen impactos en los sistemas productivos y la economía, pero también en el ambiente en general. El agua es el “termómetro” en el sistema climático. Todos los sistemas hídricos deberán ser repensados en el contexto del cambio climático. Finalmente, en temas de gestión del agua seguimos hablando de un uso ineficiente, de normatividad laxa, de no observancia de leyes, de una gobernanza inefectiva, de una muy baja inversión y de la falta de mecanismos de participación.
En el entorno de un clima cambiante y un porvenir profundamente incierto estos retos nos plantean un futuro muy desafiante para el cual es necesario prepararse. En ese sentido, las instituciones científicas y académicas, tal como lo hace el Centro del Agua deben asumir nuevos liderazgos con una visión de 360 grados a fin de abordar los problemas complejos actuales y futuros con enfoques sistémicos y con perspectivas de convertirse en promotores de la innovación. Las nuevas áreas de enfoque deben incluir no solo los aspectos educativos, de ciencia y tecnología sino temas como la seguridad hídrica, la sostenibilidad y la resiliencia climática, la cooperación, gobernanza, la gestión integrada e inteligente del agua, el nexo agua-energía-alimentos-ambiente y la cultura del agua. Todo esto para formar líderes que fomenten comunidades florecientes, habitables y sensibles al agua. El Centro del Agua del Tecnológico de Monterrey está comprometido con el futuro del agua, precisamente para contar con agua en el futuro.
*Este artículo fue elaborado para su publicación en la Revista Energía Hoy.